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Dra. María del Mar Ferré
Col nº 35398

¡FELICES Y MERECIDAS VACACIONES!

 

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En algún momento, todos hemos envidiado la cantidad de vacaciones que tienen los maestros. Creo que, en buena medida, se debe a la mayor facilidad que tienen para conciliar su vida laboral y familiar.

También para la mayoría de nuestros hijos es una gran alegría tener tantas vacaciones y poder dedicar más tiempo a actividades lúdicas y deportivas. Pero, para la mayoría de nosotros, es necesario realizar una buena planificación, cuadrarlo todo, y también supone un gasto añadido.

El trabajo de los profesionales de la educación no resulta nada fácil, cada día es mayor el nivel de exigencia al que les sometemos, no se trata sólo de que enseñen matemáticas, lengua o naturales, hemos delegado en ellos un montón de funciones que, en principio, no les corresponderían.
Casi, casi, les pedimos que actúen como los antiguos preceptores, pero esto resulta imposible con un grupo tan numeroso de alumnos y cada vez más heterogéneo. Muchos padres argumentan que “los niños pasan muchas horas en el colegio” y, por tanto, consideran que deben ser también los maestros y profesores los que se encarguen de su educación y buenas maneras, incluso en la mesa, porque la mayoría de niños comen en el colegio.

Lo razonable sería que pudiéramos escoger un colegio con el que podamos compartir unos criterios generales, pero hay aspectos que, en mi opinión, deben ser responsabilidad de la familia fundamentalmente: Las normas, los valores, los principios éticos.

Hay dos conceptos, Neuropsicopedagogía y Neurodidáctica, que cada día se usan más y cada vez son más los maestros que son conscientes de que no pueden limitarse a impartir una materia sin más, porque si conocen cómo funciona el Sistema Nervioso, cómo aprende nuestro cerebro, resultará más fácil que el niño aprenda y, si conoce qué implicaciones pueden tener en el aprendizaje algunos trastornos muy frecuentes (por ejemplo, los trastornos de lateralidad), será más fácil que pueda ayudar al niño/a, porque entenderá cuál es la situación, que no se trata simplemente de un problema de buena o mala voluntad ni de una falta de motivación.

A este respecto, es impagable (y desde estas líneas queremos darles las gracias) la ayuda que algunos maestros están prestando a los niños para ayudarles a resolver sus problemas, sin duda, los maestros y profesores constituyen elementos clave en un proceso de terapia.

También es muy frecuente que sean los maestros los primeros en alertar a los padres sobre la pinza escribana incorrecta (en forma de garra o trípode), sobre las posturas anómalas que adoptan algunos niños al escribir o dibujar, de las inversiones en lectoescritura que van más allá de lo que podría ser aceptable inicialmente, de la persistencia de respuestas bimanuales al final de la educación infantil y un largo etc. Muchos problemas de aprendizaje y de lateralidad se pueden resolver favorablemente gracias a la detección que hacen los maestros en las aulas de educación infantil y primaria.

Entre los asistentes a los cursos presenciales en los que he participado este año, un buen número de asistentes eran precisamente maestros. Maestros que dedicaban un fin de semana a ampliar formación, conscientes de que vivimos un momento en el que ya no hay compartimentos totalmente estancos, en el que todos debemos formar un gran equipo multidisciplinar.

En definitiva, ¡felices y merecidas vacaciones a todos los profesionales de la educación y la terapia, a todas las familias y, por supuesto, a nuestros pacientes!

Dra. Mª del Mar Ferré
Publicado en Junio de 2018