Dra Mª del Mar Ferré
Inmaculada Rodríguez
SEMANA DE EMOCIONES
Estas han sido unas semanas de emociones para mí. Después del comunicado que envié hace unas semanas con la publicación del artículo en la revista Current Pediatric Research, he recibido varios correos y algunas llamadas de padres de pacientes de mi padre y míos que también querían mostrar su reconocimiento y compartir conmigo los logros de sus hijos. Mi más profundo agradecimiento por compartir estas fantásticas noticias.
Muchas veces, me pregunto ¿qué habrá sido de X, lo habrá conseguido?
Algunos niños tuvieron un punto de partida en la vida francamente difícil y otros fueron encontrando obstáculos en el camino a lo largo de su escolaridad. Todos ellos tienen algo en común: su espíritu de superación y el haber tenido unos “padres coraje”.
En estas llamadas y correos, me han explicado que F. está finalizando la ESO en el extranjero con excelentes resultados académicos; J. es agricultor, siempre había sido su pasión y, ya de pequeño, siempre hablaba de tractores, de siembra…; M. está haciendo pedagogía, M. ganó un concurso de poesía el curso pasado y C. está a punto de entrar en la Universidad. No cito sus nombres ni procedencia para preservar su privacidad. ¡Muchas felicidades a todos!
En el caso de Pol Makuri es diferente porque ha trascendido al anonimato, lo hemos podido seguir a través de la prensa y TV participando en competiciones deportivas. Aquel niño que patinaba por el paseo de Sitges, un gran amante de los deportes, ¡está nada más y nada menos que en las Olimpiadas de Pekín, como representante español de la modalidad de esquí de fondo en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2022! ¡Muchísimas felicidades, lo has conseguido!
Probablemente, sin unos padres como los de Pol y como los del resto de esos chicos, ellos no lo habrían logrado. Pero, sin duda alguna, el espíritu de superación y de sacrificio de esos niños (ahora ya jóvenes y más mayores) ha sido determinante, ha hecho posible que hoy estén donde están.
Todos ellos han sacrificado horas de juego en la infancia, han tenido que dedicar tiempo a realizar terapias y ejercicios cuya finalidad no entendían, no entendían po rqué tenían que repetir tantas veces “el soldado”, los contralaterales… no entendían para qué les iba a servir.
Cuando decimos que los jóvenes de hoy día tienen escasa tolerancia frente a la frustración, que necesitan una gratificación inmediata, que no están dispuestos a esforzarse por nada… estamos generalizando de manera injusta, está claro que no todos los jóvenes son así, muchos han tenido que dedicar muchas horas e incluso años para conseguir sus objetivos y han asumido muchas derrotas antes de llegar a conseguir sus victorias actuales.
Después de estas buenas noticias, considero que valió la pena, que sigue valiendo la pena seguir luchando para que nuestros “niños/pacientes”, más allá de los logros académicos o deportivos que puedan alcanzar, sigan siendo personas felices.
Fdo: María del Mar Ferré
Publicado 8 de marzo de 2022